martes, 29 de julio de 2008

Varanasi

El vetusto tren en el que me encontraba dirección Varanasi, no era lo que me impedía dormir ayer noche.
No me molestaban los sucios y malolientes pies del Indio sentado al lado de Alicia.
NI me molestaban tampoco los insistentes comerciantes con su tono de voz rotundo y a veces irritante.
Ni siquiera me moleste en atar las maletas, pues tampoco había nada de valor en ellas, salvo un montón de ropa sucia, que debería echar a lavar tan pronto llegase al nuevo hostal. Compartiendo cama con una excéntrica guitarra de color rosa, lo único que me quitaba el sueño era el miedo a olvidarme de todos y cada uno de los momentos vividos en Calcuta de cada uno de los consejos, de las alegrías, de los pensamientos, que habían tenido lugar en esos últimos 15 días. Sentía tristeza, pero ganas de verlo todo con un poco mas de perspectiva.
Me llevaba de regalo un buen consejo de sister Karina, un regalo que me dio, sin ser ni siquiera consciente de que lo hacia.
Cuando desperté a las 6, dándome cuanta que el indito que dormía delante de mí, había sido reemplazado por una voluntaria que había conocido en Kolkata, aun me quedaban 4 horas de tren, (lo que equivale a muchos minutos para pensar). Decidí dejar eso para mas tarde, y ponerme a mirar por la ventana mientras el resto de mis compañeras se despertaban.
Con nervios preguntábamos en cada parada si esa era la nuestra, si por fin estábamos en Varanasi.
Una vez instaladas en un hotel, que bien podría formar parte de Port Aventura, nos dirigimos al Assi Ghat, situado a pocos metros. De nuevo la imaginación me había jugado una mala pasada, o eso es lo que me pensé yo en aquel momento, las escalinatas supuestamente llenas de devotos con lagrimas en la cara rezando y haciendo ofrendas para que sus parientes próximos pudieran alcanzar el Nirvana, estaban vacías, en su lugar tres niños nos vendían velas en Flores de loto para que nosotras, no hindus, las ofreciéramos al Ganges.
Un poco decepcionada, seguí a mis compañeras cuando decidieron ir al Main Ghat, que en verdad tiene un nombre extrañísimo.
Hombres vestidos de naranja, sosteniendo extraños palos, y con las plantas de los pies pintadas de un rosa chillón, iban y venían a una velocidad ahogadora. Como es evidente, no entendíamos nada, hasta que pronto descubrimos, que eran peregrinos que venían desde lejos a hacer ofrendas al dios Shiba. Se metían en el Ganges con una solemnidad propia de una catastrófica película en la que el protagonista decide morir, para, después, salir cantando y con los rostros renovados convencidos de el Ganges les había dotado del Karma necesario.
A las 8 menos 10, el Ghat estaba repleto de gente, todos esperando ansiosos, el momento de la ceremonia.Una ceremonia que pudimos ver desde un palco casi privilegiado, y en la que 8 hombres hacían unos hipnotizantes bailes con inciensos fuego , flores y demás, mientras los fieles aplaudían y cantaban.

Decir que estuve hipnotizada durante una hora, no seria exagerar.

Hoy teníamos como objetivo ir a ver el templo dorado, pero finalmente no ha podido ser, puesto que no dejan pasar a los no-hindus.
Así, le hemos pedido a nuestro nuevo amigo pamblo, que no pablo, que nos acompañara a un crematorio.
Quizas porque no he tenido la oportunidad de fijarme en la gente, porque estaba eclipsada mas bien con la cultura, me ha parecido todo, mas bonito que duro.
Primero lavan los cuerpos, cuidadosamente tapados, en el Ganges, para llenarlos de Karma, y luego los incineran.
Las mujeres no pueden estar ahí, pues dicen, que si algún pariente cercano llora, el muerto no podrá llegar al nirvana. (imaginaros el machismo que se respira.) Pero aun así, que todo esto lo hagan, para lograr la felicidad eternal del difunto me parece un acto precioso.

Mas tarde, os he de confesar que he disfrutado como la niña que soy. Increíble, nos hemos metido en una casa de Sedas, donde sentadas en un enorme colchón blanco en el suelo, los vendedores nos enseñaban saris de todos los tipos de texturas y colores.
Creerme cuando os digo que desconocía la existencia de semejante cantidad de tonalidades azules. Por la tarde hemos vuelto al Assi Ghat,y tras la ceremonia, mucho mas humilde que la del Ghat de mas relevancia, hemos cenado en la terraza de un restaurantillo con vistas al Ganges, y de pronto, una brisa, que si bien de marinera tenia poco, me ha hecho sentir como en casa, y me ha llenado de una alegría interior, que seguramente es la con la que quieren vivir eternamente la gente de aquí.

Un beso muy fuerte a todos,
ana

PD; Me encanta que me escribáis, para así teneros un poquito mas cerca... GRACIAS!!!

4 comentarios:

ana dijo...

Querida Ana, qué emocionante lo que cuentas desde Varanasi! casi puedo imaginarte en esos momentos mágicos que tan bien explicas...esa ceremonia de incineración, su forma de vivir la muerte, el nirvana, es tal vez más facil aceptar la muerte de un ser querido para ellos que para nosotros?
Seguiré pendiente de tus namastes, no nos olvides!! cuidate mucho y un beso muy fuerte. Tia Ana.

Blankita dijo...

Anita!!!!jajaja....tu magia si q hace q las cosas sean como de película!!!Dale un beso fuerte a la prima Ali, q ya sé q ha estado enferma!!el viernes me voy a Tamariu, así q se lo imprimiré para q lo lea mamá!!pero sé q tiene muchas ganas de verte y me llama siempre para preguntarme por tu blog e historias!!te echa de menos!!!pero quien no lo va a hacer???bueno espero la historia hacia tu próximo destino!!BESOTE FUERTE PD:tengo una novedad q contarte.....solo te adelanto que tiene 4 ruedas!!

Montse Vall dijo...

Querida Ana:
Me parece que gracias a ti estamos conociendo y redescubriendo la India...¡Qué envidia nos das...! Sigue escribiendo, que nos encanta leerte y dale un fuerte beso a tu prima.
Un fortísimo beso,

Pablo, Montse y niñas

bego dijo...

Querida Ana! Que tal estais? Ayer nos imprimimos en casa un mapa de la India y estamos siguiendo el recorrido que vais haciendo en vuestro viaje, ya hemos señalado Kolkatta, Varanasi y ahora ya debeis estar en Agra. Que interesante y emocionante todo lo que explicas sobre lo que habeis vivido en Varanasi, creo como dice tu tía Montse, podrías dedicarte a escribir, porque realmente, todos tus Namastes, son muy bonitos, muy bien escritos y si uno cierra lo ojos, puede trasladarse allí y compartir un poco con vosotras vuestras experiencias.
Espero que esteis todas bien, desde ayer al mediodia que no sabemos nada de Ali, espero que esté mejor. Hoy es el santo del abuelo, también se acuerda mucho de vosotras y os echa de menos, como todos, un beso fuerte y hasta la próxima. Tia Bego